QUÉ ES UNA NORMA
Ley, decreto, resolución, etc., son denominaciones de los tipos de instrumentos que regulan conductas, derechos y obligaciones. En un sentido amplio, cuando hablamos de norma podemos referirnos al instrumento en su conjunto o a cada artículo que lo compone.
Las normas pueden ser de varios tipos. Por ejemplo, una norma prescriptiva es una que prohíbe o permite ciertas conductas. Una norma definitoria aclara el significado de conceptos dentro de un marco legal. Una norma reglamentaria específica cómo las autoridades deben aplicar las disposiciones de una norma superior.
Además de las normas legales, existen normas en diversos contextos diarios. Por ejemplo, las señales de tránsito son normas que reglan el comportamiento de los conductores en la vía pública. De igual modo, una imagen a la entrada de un salón de clases que prohíbe comer o beber es una norma visual que establece una regla sobre el comportamiento en el aula.
Los filósofos del derecho sostienen que una norma es la norma interpretada, mientras que la disposición normativa es el texto escrito.
El redactor entonces desarrolla la parte crucial en la creación de normas. Aquel tiene la responsabilidad de formular el texto de manera que sea claro y accesible para dos grupos distintos de destinatarios. Por un lado, están los ciudadanos y entidades a quienes va dirigida la norma, quienes deben entender y cumplir lo que esta establece. Por otro lado, están los intérpretes jurídicos, como jueces y abogados, que aplican la norma en casos concretos. Por lo tanto, el redactor debe garantizar que su redacción sea lo suficientemente clara para que el ciudadano entienda sus derechos y obligaciones, pero también precisa y coherente para que el intérprete pueda aplicarla sin ambigüedades.
Además, el redactor no es solo un mero transmisor de reglas predefinidas; juega un papel creativo y técnico relevante. Debe ser capaz de prever las posibles interpretaciones que puedan surgir y evitar ambigüedades, confusiones o contradicciones en el texto. Una redacción clara no solo facilita el cumplimiento de la norma, sino que también reduce el riesgo de conflictos jurídicos.